Comunicación

domingo, mayo 22, 2005

La brecha digital

Dícese de la distancia que separa, a todos los niveles, a los ciudadanos que hacemos uso regular de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, fundamentalmente a través de Internet, de los que no.

La expresión brecha digital me sonó la primera vez a película de ciencia-ficción, pero es un hecho que me ha preocupado desde mis primeros días delante de un ordenador. Pienso además que resulta bastante acertada una vez te acostumbras a oírla.
El caso es que llevaba varios días con la idea de escribir algo sobre este tema y, mira por dónde, ayer mismo en el blog tecnológico de Prisacom hablaban de la brecha digital entre España y Europa (http://blogs.prisacom.com/latejedora/?p=160) a raíz de una declaración del presidente de Telefonica en la que, parece ser, esgrimió como causa primera y principal de esta brecha, la falta de formación y de interés de los españoles en las cuestiones tecnológicas. Y estoy bastante de acuerdo con Pablo en que ese no puede ser el único motivo (aunque he de decir que me atañe bastante como profesor de Comunicación en un centro de educación de adultos). También está el tema de los precios en España, que es indignante y que se suma a otras varias causas, que también se citan en ese blog: nuestra cultura hispana, nuestro clima (se entiende que donde hay mucho sol hay menos ganas de ponerse delante de un ordenador), el retraso tecnológico de nuestra misma administración, etcétera, etcétera.
Yo simplemente quiero añadir, para terminar este post, que no olvidemos la otra brecha, mejor dicho, fractura, el abismo que ya había y sigue habiendo entre el norte y el sur; entre, pongamos por ejemplo, Europa y África; el enorme desequilibrio que todavía hay entre ricos y pobres; entre los pocos que podemos vivir dignamente y con mucho más de lo que nos podríamos haber imaginado hace siquiera veinte años y los, todavía muchos, que en este siglo XXI ni se plantean otra cosa que no sea sobrevivir.

jueves, mayo 19, 2005

El comentario de texto

Llevo ya varios años convencido de que la única forma de disfrutar un poco como profesor de Literatura en las clases de secundaria es hacer del "comentario de textos literarios" el eje de la materia.
Pero... qué difícil es a veces llegar a los alumnos, enseñarles algo que, en la mayoría de los casos, no les va a hacer falta nunca más hacer, demostrarles que no se trata de parafrasear, esto es, recontar el texto con sus palabras, ni mucho menos de demostrar que saben mucho de métrica o de figuras literarias. Que comentar es entender y explicar, para luego intentar "amar".
Me he planteado muchas veces abandonar el empeño. Al final, he tenido que convencerme y convencer a mis alumnos de que no hay mejor tributo a nuestra lengua que el soportar las clases de Literatura, algo así como una deuda con todos aquellos que han ido forjando nuestro idioma.
Y hay veces que parece que la cosa funciona, que consigo conmover algo en sus conciencias que toco algún resorte que de pronto, tras en muchos toda una vida sin abrir un libro (por placer), les lleva a reconocer que leer puede llegar a gustarles.
Y entonces, ese día... vuelvo a casa con una sonrisa más amplia en mi rostro.

He encontrado un sitio con el que comparto muchas ideas teóricas y del que tomo otras muchas para la práctica sobre este asunto: http://www.jaserrano.com/Comentario/

lunes, mayo 16, 2005

El problema de la lectura

Creo que la falta de hábitos de lectura de mis alumnos está en la base de muchos de mis problemas como profesor de Lengua y de lenguas. Si mis alumnos adultos hubieran leído más antes de llegar conmigo, tendrían ahora menos problemas para expresarse tanto por escrito como oralmente. Me resulta cada año más difícil corregir trabajos y exámenes de Lengua o Literatura. Una cosa es que no hayan leído nunca, como dicen algunos; pero otra cosa es que en muchos casos no haya ni rubor ni rigor. Es pan de cada día entregarme escritos sin revisar mínimamente; les da igual. Y sé que bastante responsabilidad es mía, aunque esto lo dejo para otro día, pues hoy quiero centrarme en el hecho de que la cosa ha ido a más en la misma proporción en que las clases se han ido rejuveneciendo año tras año.
A muchos, sobre todo esos más jóvenes, se podría decir aquello de que les falta todavía "un hervor", pero también hay muchos que necesitan algo así como un modelo a seguir, y parece que, tras un largo pasado escolar y vital, o no lo hayan encontrado o lo hayan desvirtuado. Su pobre exprexión y su falta de vocabulario básico se suman a la aparición y desaparición de puntos, comas y acentos donde menos te lo esperas, todo lo cual hace de la lectura de muchos ejercicios, exámenes, cuadernos, trabajos... un martirio más cercano a la labor de descifrar jeroglíficos que a la de la correción.
Está claro que también les falta práctica en escribir. Quien no tiene obligación tampoco tiene necesidad de aprender. No basta con leer, yo leo y ya está, ya sé escribir. Hay que leer y escribir, pero también hay que "saber" leer y "saber" escribir.
Y llegamos a lo de siempre: qué, cómo, para qué... Y aquí, en la ESPA, falta todavía mucho por hacer.

Un apunte más. Por lo que navego por esos mundos fuera de mi aula, puedo decir que este problema no se circunscribe a los adultos de una determinada edad y de un determinado nivel educativo, sino que es un mal general. No son muchos los españoles diestros con la pluma o el procesador de texto, da igual. Y digo yo que, en cierto modo, tendrá que ver con eso que dicen que somos el país que más libros compra, pero donde menos libros se leen.

No estaría de más que repasáramos aquellas clases de Lengua Española ya olvidadas. Muchos siguen creyendo que estudiar español es sólo para los niños o para los extranjeros. Recomiendo encarecidamente la visita una vez al día a sitios como este: http://cvc.cervantes.es/portada.htm Media hora más otra media de bicicleta, mano de santo para muchos males del cuerpo y de la mente.

jueves, mayo 12, 2005

Estreno

HOLA, HOLA.
Bueno, se trata de experimentar y transmitir a mis alumnos la experiencia. También he leído que un blog puede servir para poner en orden las ideas.
No creo que haya nada malo en compartir pensamientos y comentarios personales sobre cosas relacionadas con las clases de Comunicación. Por supuesto, me convence más la idea del blog como distracción que la de transformador del mundo.
Lo primero de todo:
APAGA EL ORDENADOR Y PONTE A LEER UN LIBRO.
Dicho esto, me quedo más tranquilo.
Intentaré escribir sobre cosas recientes relacionadas con la COMUNICACIÓN (Lengua, Literatura e Inglés) , pero también buscaré textos perdidos en el armario de clase.
Ya está. Como estreno vale por hoy.